El artista también vive un poco atormentado, también vive un poco solo, también tiene que llorar y a mí me gusta sentirme con estos estados de ánimo porque es cuando más creativo me siento”. Palabras de Tino Casal un año antes de su muerte, de la que ya se cumplieron 32 años sin que el paso del tiempo desluzca ni un ápice del glamour que se hizo hombre en una España de otra época, la del blanco y negro.