Como hemos tenido unos cuantos días pasados por agua, algo extraño en Almería, se me ha ocurrido dedicar el tricentésimo décimo primer programa a la lluvia. Para muchas culturas y religiones, la lluvia simboliza el crecimiento interior y la curación espiritual. Desde su conexión con la fertilidad y la abundancia hasta los renacimientos tras la destrucción, y, por tanto, el sustento de los seres vivos.
