El género es un constructo social que atribuye determinando roles, expectativas, aspecto, comportamientos, sentimientos, pensamientos, valores y normas sociales a cada sexo, conformando lo que en cada sociedad y en cada tiempo se considera “femenino” o “masculino”. Por la tanto, influye en la construcción de nuestro concepto de nosotras mismas, es decir, nuestra identidad.
¿Cómo funcionan los mandatos de género?
Son normas implícitas que no reflejan lo que somos hombres y mujeres necesariamente, sino lo que debemos o deberíamos ser cada uno. Se transmiten a través de una socialización diferenciada, de los roles y comportamientos vistos y aprendidos en la familia, de mensajes recibidos en la escuela, en los medios de comunicación, etc.
