La curiosidad es un motor fundamental para el desarrollo en la infancia y la adolescencia, impulsando el aprendizaje y la exploración del mundo.. En la infancia, es casi omnipresente, manifestándose en preguntas constantes y una fascinación por descubrir. En la adolescencia, aunque puede disminuir, sigue siendo importante para la toma de decisiones y el desarrollo de la identidad.
