Presidente de Verdiblanca, Antonio Sánchez de Amo, que expresó su agradecimiento al Ayuntamiento de Almería por la cesión del edificio, perfectamente adaptado para personas con discapacidad, perfecto para las jornadas. Además, quiso señalar la trayectoria de la Asociación, que empezó a funcionar en 1979 y que desde entonces no ha dejado de perseguir sus principales metas como la integración y la normalización de las personas con discapacidad. Para el caso, quiso recordar los problemas a los que se tuvieron que enfrentar estas personas en el pasado. “Antes cuando una familia tenía un hijo con alguna discapacidad querían ocultarlo. Por esta razón, muchas de estas personas no tuvieron la oportunidad de asistir a la escuela, porque además se tenían que enfrentar a otras barreras como la falta de adaptación de los espacios o la falta de profesores de apoyo”, dijo el presidente de la Asociación. Por ello, Verdiblanca, desde que abrió sus puertas hace más de 40 años, se ha dedicado a la Educación de Adultos Discapacitados y añadió la inserción laboral como uno de los objetivos a cumplir.
Antonio Sánchez de Amo tampoco perdió la oportunidad de señalar el papel de las mujeres en la transformación del mundo para los discapacitados, ya que la educación para adultos les permitió salir de casa y romper con la desigualdad. Así como también señaló la importancia que tienen para el futuro los estudiantes de Integración Social que asistieron al acto.
Por su parte, el representante de la Administración Pública de Educación en Almería quiso alagar a ambas asociaciones por su amplio programa educativo, y por la creación de Centros de Enseñanza Permanente ‘500 Viviendas’ en diferentes localidades de la provincia.
Durante las jornadas no ha faltado espacio para dar rienda suelta a la creatividad ya que los asistentes pudieron participar en varios talleres de desempeño manual como el taller de caja flamenca; el taller de trenzado, donde los participantes aprendieron a trenzar el cabello y pudieron someterse a una sesión de peluquería; el taller de decoración de abanicos, para demostrar las habilidades artísticas; el taller de henna, donde disfrutaron de la experiencia de hacerse un tatuaje no permanente; y el taller de decoupage, en el cual se ocuparon de decorar tarros de cristal con recortes de servilletas y fijarlos con cola barniz.
