Mencionar su nombre significa enarbolar, hasta lo más alto, la bandera de la República Dominicana, el terruño que lo vio nacer y lo vistió con los rayos candentes de su sol, abrazado por el azul de su mar que bordea cada rincón de esa media isla y contagiado de la más ingenua sonrisa y humildad que les representa, pero, sobre todo, se impregnó en sus venas de la magia que desborda el sabroso ritmo que les hace bailar al son que repica de la tambora, la güira y el acordeón. El merengue alza su canto en su máxima expresión con la voz del artista más grande de la música dominicana, Juan Luis Guerra, una leyenda viviente. Un agradecimiento especial a MIGUEL ÁNGEL BENITO COBO y ELVIRA ESTEVE, quienes hacen posible que creamos que podemos seguir adelante y que esto merece la pena. Recordad que por menos de lo que cuesta una cerveza, podéis disfrutar de contenido en exclusiva y escuchar nuestros episodios antes que nadie si os hacéis fans de El Vuelo de Yorch.
