Un documento del siglo XIX revela que Aguilón ya era un lugar de descanso para la vía pecuaria. Aquí, en nuestra sierra y en nuestro pueblo, conservamos cortijos que datan de hace cien, doscientos y hasta trescientos años. Entre sus ruinas se encuentran aljibes, eras, bancales y pozos con cúpulas probablemente de origen musulmán, testigos mudos de nuestra historia.
El Camarilla, David Capel y El Espigador son como una mina de oro que nos revela los secretos de nuestro patrimonio y la vida que llevaban nuestros antepasados. Gracias a ellos, podemos comprender mejor nuestra propia historia y cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo.