“Uno de los mayores desafíos que enfrenté como artista y mujer es el conflicto entre que me importe alguien, amar a alguien, y al mismo tiempo permanecer íntegramente dedicada a mi arte”. En Autorretrato, la artista plástica Celia Paul aborda esta dicotomía con un registro íntimo y sin autocomplacencia. La autora narra su relación con sus padres y hermanas, el vínculo con Lucian Freud y el hijo que tuvieron juntos, siempre atravesada por el impulso de dedicarse por completo a la pintura. La pregunta sobre el lugar de lo femenino en el arte atraviesa todo el libro. “A lo largo de la historia, las mujeres fueron más reconocidas como temas del arte que como artistas. Muchas mujeres terminaron convertidas en grandes musas de los grandes artistas por su soltura para entregarse y su talento para la quietud. Como pintora, hay que inventarse una estrategia. Yo siento la necesidad de levantar barreras para proteger mi soledad”.