Carlos de Paz es un asiduo practicante de la natación en aguas abiertas, que suele combinar con la actividad fotográfica. En esta ocasión su mirada anfibia aparca por un momento la opción figurativa y parece adentrarse por el sendero de la abstracción y el informalismo. No es la primera vez que lo hace, y ahí están series como «Foto-Grafías» o ciertas piezas de «Cuerpos de Luz» para atestiguarlo.
En Océano plástico acerca su cámara a los restos que flotan entre las olas o que se mueven sumergidos en el lecho marino como pecios inconstantes, vestigios inmundos que nunca debieron acabar allí. Pero ante los ojos del fotógrafo, e incluso ante los nuestros, se convierten en materia de composición —y de reflexión— fotográfica.