En psicología, la paciencia no es “esperar sin quejarse”, sino una habilidad emocional compleja que implica autorregulación, tolerancia a la frustración y capacidad de mantener la calma ante la incertidumbre.
Es la capacidad de mantener la calma y la serenidad ante situaciones que no se pueden controlar o que tardan más de lo esperado.
¿Por qué cuesta tanto ser paciente?…
Vivimos en una cultura del «ya», de la inmediatez. Esto refuerza la baja tolerancia a la demora, a la frustración y alimenta la ansiedad. La impaciencia, muchas veces, es una reacción al miedo de perder el control o de no obtener lo que deseamos.