“Caída libre llegó a última hora con el disco cerrado y terminado. Uno de mis mejores amigos atravesaba una depresión de esas que no hay manera de levantar las persianas, alargada en el tiempo y especialmente cabrona. Un día me leyó un verso: “Hay un millón de muebles que mover y no sé detrás de cuál está lo que he perdido”. Qué brillante manera de retratar una depresión. Sin duda había una canción detrás de esa imagen, solo había que arrinconarla.
Vino de un tirón esa misma tarde”, contaba sobre el origen de este tema que trata un tema con el que muchos pueden sentirse identificados.