El mundo del flamenco es un mundo cerrado, pero él no quiso cerrarse: se arriesgó, fusionó y experimentó, manteniendo siempre la raíz flamenca. Incorporaba todas las nuevas influencias de las que iba bebiendo, pero la identidad del flamenco siempre estaba presente en él. En definitiva, era un artista completo. Lo tenía todo: alma, corazón y técnica. No cantaba, pero conseguía hablar a través de la guitarra. Hacía que la guitarra cantase sin voz. Y por suerte para los amantes del flamenco, ha dejado un extenso e importante legado del que aún podemos aprender e inspirarnos. PACO DE LUCÍA.