El uruguayo sabe mezclar como nadie la electrónica y la poesía consiguiendo canciones que siguen la mejor tradición de los grandes cantautores, pero en las que también encontramos texturas únicas, donde la sensibilidad y los ritmos logran hacer un equipo perfecto. Así es como llega Jorge Drexler a su décimo segundo asalto discográfico: Tomándoselo más en serio que nunca, en un trabajo que evidencia la necesidad de un aire renovador que, por fortuna, se consigue. Bien por él.
