En las décadas de los 40 y 50, Huércal estaba impregnado de una rica historia representada por sus antiguos cortijos que datan de cien, doscientos y hasta trescientos años atrás. Entre sus tesoros se encuentran aljibes, eras, bancales y pozos con cúpulas que probablemente remontan a la época musulmana.
Todo este legado histórico se encuentra arraigado en nuestra sierra y en nuestro pueblo, formando parte esencial de nuestra identidad local.
El Camarilla, David Capel y El Espigador se convierten en una fuente invaluable que nos relata y conecta con nuestro patrimonio y la vida que se vivía en tiempos pasados. Representan verdaderas minas de oro, pues nos permiten comprender y apreciar nuestro pasado de una manera significativa.