El Camarilla y El Espigador son verdaderas minas de oro que nos permiten comprender nuestro patrimonio y la vida de nuestros antepasados. Además, las cabras desempeñan un papel crucial en la conservación y el mantenimiento de estos paisajes históricos. No solo ayudan a controlar el crecimiento de la vegetación, reduciendo el riesgo de incendios, sino que también contribuyen al equilibrio ecológico y a la sostenibilidad de nuestra tierra, manteniendo vivas las tradiciones agrícolas y ganaderas que forman parte esencial de nuestra identidad cultural.
