El 14 de septiembre de 1970, el papa Pablo VI escribió al cardenal Jean-Marie Villot, secretario de Estado de la Santa Sede, una carta oficial por la cual se abolía el grueso de los cuerpos armados del Vaticano, con la excepción de la Guardia suiza. Desde entonces, la desaparición del último bastión de la nobleza negra supuso el fin de sus antiguos privilegios, matrículas de la Ciudad del Vaticano, estatus jurídico particular así como títulos honoríficos.
En mayo de 1977, una parte de la nobleza negra, conducida por la princesa Elvina Pallavicini, se unió al obispo tradicionalista Marcel Lefebvre.