Aunque este sistema de recompensas era una forma de asegurar un retiro digno a los soldados, no todos lograban alcanzar el tiempo de servicio requerido debido a la mortalidad en el ejército y otros factores. No obstante, para aquellos que lo conseguían, el Aerarium militare proporcionaba un medio de subsistencia y reconocimiento social en su vejez.
Además de las prestaciones gubernamentales, las instituciones privadas conocidas como Collegia desempeñaron un papel relevante en la protección social de los romanos. Los Collegia eran asociaciones privadas que congregaban a individuos de distintos estratos sociales, vinculados por intereses comunes, como la profesión, el lugar de origen o el culto religioso.
Estos «clubs», origen de los medios medievales y de los colegios profesionales que aún existen en la actualidad, proveían apoyo social y beneficios a sus miembros, especialmente a los más necesitados. Los miembros más ricos contribuían económicamente para asistir a aquellos que enfrentaban dificultades financieras o necesidades básicas, garantizando un entierro digno y asegurando la asistencia en caso de enfermedad o calamidades.
