Cada año, en mitad de la Cuaresma, los vecinos de varios pueblos del Levante Almeriense celebran el Día de la Vieja. Una jornada que no aparece en rojo en ningún calendario pero que, sin embargo, deja los colegios vacíos, las tiendas cerradas y las calles vacías, pues todo el mundo se va a pasar el día al campo o a la playa.
