La Frontera siguen activos, tocando aquí y allá, por todos los rincones de la geografía española donde les reclaman, que son muchos. Son habituales en esos macroconciertos de encuentro de bandas legendarias de los 80 y 90 de la música española, en los que reproducen una y otra vez aquellos temas que les hicieron tocar el cielo del éxito.
Amigos como Danza Invisible y La Guardia son recurrentes compañeros de escenario. Y se lo pasan de vicio, casi tanto como sus incondicionales, que acuden sin dudarlo a cada una de las citas. Queda claro que la gran etapa del grupo abarcó desde su homónimo primer disco (con una portada homenajeando a Iggy Pop) hasta el disco en directo ‘Capturados vivos’ que les encumbró a lo más alto de las listas.
Luego vino el bajón que supuso el cambio de gustos de la humanidad con el grunge, pero también ese acercamiento al pop de su cabeza pensante. La Frontera siguen paseando su música tras tantas décadas, y, a decir verdad, su legado ha envejecido bien pues eran diferentes a todo. Banjos, violines, harmónicas y velocidad rock les hicieron especiales, pero, ante todo, la tremenda personalidad de un tipo como Javier Andreu.