El siglo XX fue desastroso para las monarquías, especialmente las europeas. En 1914 todos los países europeos, salvo Francia y Suiza, eran monarquías; hoy sobreviven 12, incluidos los principados de Mónaco y Liechtenstein, una diarquía, la de Andorra, y una monarquía vitalicia electiva, la del Vaticano. El siglo XX también dejó sin corona a países con tradiciones monárquicas antiquísimas como Rusia, China, Turquía, Persia, Etiopía y los principados de India. De todos esos reinos e imperios no queda más que sus grandes palacios, donde en la actualidad líderes como Vladímir Putin, Recep Tayyip Erdogan y Xi Jinping intentan revivir el esplendor de los emperadores autócratas que les precedieron y emulan también su mando autoritario. En la actualidad, Asia conserva el último emperador del mundo, el de Japón, y hay monarquías en Tailandia, Bután y Camboya. En el mundo islámico, Arabia Saudí, Omán, Bahréin, Kuwait y Catar son monarquías absolutas. Emiratos Árabes Unidos es una monarquía electiva, Jordania es una monarquía constitucional, y en Malasia los reyes son elegidos entre miembros de la familia real y sustituidos cada cinco años. Hoy nos centramos en estas monarquías modernas y hacemos un pequeño recorrido para conocerlas mejor.