Tanto en el primer disco como en El Prince, Tito Ramírez rescata ritmos de mediados del siglo XX en una mezcolanza que suena a rock‘n’roll estadounidense, mambo cubano o soul negro. ¿Tiene sentido recuperar esas músicas en 2023? El artista al frente de la banda sí lo cree y no considera que lo suyo sea música antigua. “El disco se grabó el año pasado, es actual y fresco. Me baso en estilos nacidos en los años 50 y 60 pero esos estilos siguen vivos y es misión del artista que los interpreta intentar renovarlos y poner de su parte para que sean canciones con personalidad y no repetición de clichés”, defiende un músico que tiene en el altar a James Brown, Pérez Prado o Xavier Cugat y que considera América Latina como una fuente de inspiración musical inabarcable e inagotable. Son nombres que parecen muy ajenos a la materia prima que hoy conforma la música popular. “Intento imponer mi cultura a la cultura actual —explica—. Para que tu idea, tu proyecto, tu concepto, llegue, tiene que estar muy bien hecho y ser interesante, independientemente de lo que esté de moda en el momento”.
