El próximo día 10 de octubre es el día mundial de la Salud Mental, un concepto que, por fortuna,
está cada vez más en boca de todos. La salud mental, al igual que la física, es sumamente crucial
para el bienestar humano, y este empieza por supuesto con uno mismo. Si pensamos en salud
mental, quizá lleguemos hasta la palabra autoestima, algo que todos sabemos más o menos en qué
consiste, pero ¿sabemos dónde empieza? ¿Y reconocerla en uno mismo y en los demás?
La autoestima es la suma entre la información que recibimos sobre nosotros mismos del ambiente y
el concepto que tenemos de nosotros mismos. Como casi todo lo que compete al ser humano, la
autoestima comienza desde el momento en que nacemos, ya que desde que empezamos a estar en el
mundo nos hablan, nos dan muestras de cariño, de afecto, se enfadan con nosotros… Es decir se
comunican con nosotros y vamos construyendo nuestro concepto y nuestra autoestima. Es por
eso que nunca me ha gustado esto de que los niños no se enteran de nada, al contrario, los niños se
enteran de todo. Puede ser que no lo entiendan como lo entiende un adulto, pero esas palabras van
construyendo a esa pequeña persona que tenemos en casa. Por eso debemos cuidar muy muy bien
las palabras que usamos cuando nos dirigimos a ellos.
