De aquellos que viajaron en un Peugeot por las carreteras de España, pidiendo el voto por las agrupaciones socialistas para las primarias a celebrar (pobre Susana, como se la jugaron sus compañeros), sólo queda uno por dormir entre rejas. Solo uno. Hace unos cuantos jueves la justicia pedía prisión preventiva para Ábalos y Koldo. Santos Cerdán ha estado unos meses, y todo apunta que al final de la carrera judicial que aún le queda por vivir, tenga que volver a dormir bajo la tutela del estado, como con toda posibilidad ocurrirá con los otros dos que desde ese jueves tienen como dormitorio una celda de la prisión. O tiran de la manta, o les espera una larga estancia pagada por los ciudadanos, cuestión a la que están muy acostumbrados. Pero, sin las sobrinitas. Y eso debe doler.
De aquellos cuatro que viajaban por las carreteras de la piel de toro, se dice que, con el apoyo económico de las saunas de Sabino, solo queda uno por visitar el penal.
¿Lo hará? ¿O las fuerzas vivas le buscarán una salida por temor a lo que pueda ocurrir en la calle?
Francia nos demostró hace un mes que no ocurre nada cuando un expresidente entra en prisión. ¿Lo recuerdan de la mano de la cantante y camino de los barrotes? ¿España y los españoles estaremos a la altura de la democracia francesa? Sobre el único que falta de aquellos cuatro viajeros, cierta oscuridad parece haberse adueñado de su vida y su carrera política, y va a ir viendo como sueltan amarras aquellos que lo han defendido durante estos años. Es el sino de la política ante la caída del líder. Si como ha anunciado alguno de los compañeros que viajaban por las agrupaciones del país, hay pruebas de que el único que falta por pisar el pasillo de la prisión, se reunió para pactar una moción de censura con Otegui, el hombre de Bildu, el siniestro y condenado terrorista de Eta, y aparecen las mismas, será muy complicado seguir con la política de engañar a los ciudadanos de buena fe, e incluso a los propios votantes de una formación política que será difícil mantener tras el conocimiento de que el partido llegó al poder tras una negociación con el terrorismo de Eta, con los que asesinaron a más de ochocientos españoles, entre ellos, no lo deben olvidar, algunos compañeros de ese partido.
Imagino que encontrará algún colega, en la política o en la justicia, que en ello viene trabajando desde hace años, para que le tape las distintas corruptelas por las que otros de sus amigos entran en prisión, o que haya divido España entre buenos y malos, el que no haya construido ni una vivienda para nuestros jóvenes, tras prometer cada año cientos de miles, lo que me cuesta trabajo creer es que alguien defienda que se haya sentado con terroristas para, a continuación, poner el país a sus pies, como ha venido ocurriendo en estos años, en los que los sucesores de Eta se han paseado impunemente por las calles y plazas, como salvadores de la patria. Con declaraciones como la de aquel delegado que dijo que más habían hecho los de Bildu por España que otros que dicen defenderla con una banderita en la muñeca. Es posible que sea una moda lo de la banderita, y que no sea mucho lo hecho por el país, pero compararlos con los asesinos de Eta solo se puede hacer desde el sectarismo más obtuso y vergonzante. Y cuánto de eso se está dando en este tiempo en el Psoe de Pedro.
Solo queda uno de los del Peugeot por ver su cuerpo tras las rejas, solo uno. ¿Llegaremos a verlo los ciudadanos? Espero que seamos como Francia.




































