«Bueno, aquí acaban 27 años y unos meses de salir diariamente en la ventana de la Voz, que uno comenzó estrenando paternidad y con una Almería que recién estrenaba su Paseo Marítimo y su Rambla: dos obras que realmente le hicieron que pasara de ser una ciudad de olvido, de abandono, de tristeza a ser una ciudad que comenzaba a mirar al siglo XXI con ese punto de modernidad y ambición que merecía. Una Almería que se ilusionaba pensando que podía ser sede de los Juegos Mediterráneos y que demandaba ya a finales del 90, que se nos incluyera en ese lejano ferrocarril Euromed, que tenía que vertebrar todo el todo el arco Mediterráneo. Era el año en el que el equipo de fútbol principal era el CF pero había una bipolaridad con ell Poli Almería. El siglo XXI trajo una Unión Deportiva, con sus éxitos y fracasos y nos trajo los deseados Juegos Mediterráneos y el fenómeno Bisbal, que hizo que Almería copara las páginas y se nos visibilizara. Mientras, desde la viñeta, yo siempre le señalaba al lector, en clave de humor, las cosas que nos seguían faltando y que se demandaba a los políticos que, salvando excepciones, mostraron siempre un gran sentido del humor que no iba parejo, ay, muchas veces con sus capacidades.
