Este síndrome hace referencia a una etapa familiar caracterizada por la presencia de unos síntomas emocionales y físicos que aparecen después de que los hijos abandonan la vivienda familiar. De forma general, se puede describir como una sensación de tristeza y soledad pronunciadas debido a que los hijos se van de la casa.
Este síndrome puede afectar a cualquier padre, independientemente de su sexo, su empleo o sus intereses familiares. Incluso cuando los padres puedan estar orgullosos de que sus hijos crezcan y puedan “abandonar el nido”, pueden llegar a sentirse bastante tristes.