El programa de hoy se lo quiero dedicar a una buena amiga, a la cual aprecio mucho pese a su extraños gustos. Pues como me confesó hace no mucho tiempo, le gusta la pizza con piña. A ver, tampoco me sorprendo, porque no le gusta la Guerra de las Galaxias. Señales había. Pero bueno, al meollo de la cuestión: ¿a quién se le ocurre poner piña en la pizza? ¿Cuál es el origen de tan atrevida aberración culinaria? Pues aquí, en su programa favorito de conocimientos que no sirven para nada, les traemos la resolución a todos los misterios entornos al mayor agravio gastronómico que haya sufrido la cocida italiana.
La pizza con piña, más conocida como hawaiana, no tiene nada que ver el hermoso archipiélago en el que naciera Barack Obama, 44º Presidente de los Estados Unidos. No, tiene que ver con un vecino americano aún más frío: Canadá. Y es que contra la creencia popular, la pizza hawaiana no nación en Honolulú, sino en la pequeña población de Chatham, Ontario. Y más en concreto, en el restaurante Satélite, donde un joven cocinero griego, dio aprobar una extraña combinación de ingredientes a sus clientes.
