Nicolas Appert fue el inventor de la conservación hermética de los alimentos, algo tan común en nuestros días que pudiera parecer que siempre existió, pero no, todo tuvo un inicio y fue en Francia a comienzos del siglo XIX.
Este autodidacta inventor nació en Châlons-sur-Marne (Francia) en 1750, fue chef, pastelero y destilador en París hasta 1795, fecha en la que un serio problema asolaba a los ejércitos de Napoléon: la malnutrición de las tropas mataba más soldados que el fuego enemigo, a causa de lo cual el gobierno ofreció una recompensa de 12.000 francos a quien encontrase una solución.
Appert comenzó a realizar experimentos consiguiendo en poco tiempo resultados exitosos con verduras, sopas, zumos, productos lácteos, jaleas, mermeladas y jarabes. En sus primeras versiones, usaba frascos (más tarde también serían latas) que sellaba con corcho y lacre, para después ponerlos durante un tiempo determinado en agua hirviendo.