… El barrio donde crecimos, el graznido de las gaviotas, el cielo rosicler que anticipa un día de sol, el olor de los libros viejos, las fotos en blanco y negro de los abuelos, el mar, las revistas de moda de los sesenta, las flores urbanas o un pupitre con nombres grabados… Todas ellas bellezas cotidianas que a menudo pasan desapercibidas…
