A buen paso representa un caminar de manera ligeramente acelerada y es que hay tanto por ver, conocer y descubrir en este mundo que, empujados por la curiosidad, no podemos dejar de andar.
Sin correr, eso sí, que luego uno se lo pierde todo, y es que la velocidad real de un ir a buen paso es también relativa: al entorno, al ambiente, a la velocidad del pensamiento que acostumbra ser pausado y necesita espacios de silencio para condensarse.
Espacios que el libro álbum proporciona precisamente a través de la unión poética de imágenes y palabras.
En A buen paso creemos que una vida puede regirse según tres coordenadas básicas: al abrir los ojos nos hallamos en un mundo por descubrir. Y no estamos solos, sino que nos encontramos rodeados por muchas otras personas, con las que compartimos este lugar fascinante que es la Tierra. Cada uno trata de ser feliz en el tiempo que le ha tocado vivir, compatiblemente con las circunstancias y el entorno. Porque por el simple hecho de existir, cada uno tiene su parte de responsabilidad hacia este mundo.