Nadie duda de que, a estas alturas, la tecnología y la digitalización han transformado la economía global, pero su beneficio más destacado podría ser la forma en que democratiza las oportunidades para todas las personas. Al proporcionar herramientas tecnológicas diseñadas para ser accesibles, las barreras tradicionales que se erigían en las sociedades clásicas se han desvanecido, lo que permite a cualquier individuo del planeta generar riqueza y conocimiento, y compartirlo, si lo desea, en tiempo real con el mundo entero.
