El impacto de la COVID-19 no solo se ha reflejado en el ámbito sanitario o económico, sino que también ha tenido notables efectos en los hábitos de vida de la ciudadanía, entre los que la situación de aislamiento físico por el confinamiento aumentó el uso de las nuevas tecnologías como herramientas al servicio de la información y la interacción, tal y como ya se ha abordado en algunos estudios científicos.
