Las razas autóctonas se manejan habitualmente con sistemas tradicionales de producción ligados a la tierra, convirtiendo así la actividad ganadera en uno de los principales responsables de la conservación y preservación del medio natural. Estos animales están muy adaptados a los territorios en los que habitan y realizan un aprovechamiento muy eficiente de los recursos naturales, desempeñando una labor medioambiental de gran importancia.
