Lo conocido en el informe que se ha hecho público en los últimos días sobre la actuación de Javier Aureliano en el afer mascarillas, así como otras lindezas en las que presuntamente anda sumergido, no han dejado buena cara ante la opinión pública del que fuera presidente de la Diputación. Entre emoticones y dentistas se ha ido escurriendo de sus manos, como si fuera agua, el prestigio que muchos le creían. Estamos solo en período de instrucción, nada se puede decir de lo que pueda surgir del juicio que se celebre en su día, si es que se llega a celebrar y, mientras no se tenga una sentencia, la presunción de inocencia deberá estar presente. Pero, reitero, el informe dado a conocer es muy duro contra la creencia generalizada de la inocencia de Javier Aureliano.
Días después, casi una semana desde aquella mañana de martes, nos llega la noticia de que Javier ha presentado documentación donde se explica la situación de su dinero y de sus hermanos, las propiedades que tiene, sus alquileres y demás cuestiones mencionadas en el informe por el cual era detenido y puesto en libertad horas después. Si es cierto y demuestra el movimiento de sus cuentas, ¿por qué tarda casi una semana en presentar esos documentos? No estaría de más una explicación a ese retraso. Por el bien y la tranquilidad de todos aquellos que demostraron su confianza en redes a la figura y al trabajo desarrollado en la institución provincial.
Entiendo que la explicación se ha quedado corta, se acerca a la situación de sus movimientos económicos, pero no aclara visitas al “dentista”, historias de mascarillas y algunas otras actuaciones y contratos de obras por parte de la Diputación. Es de desear que lo pueda aclarar cuanto antes. Las preguntas surgen, si lo tenía tan claro, si la documentación estaba ahí para probar la mayoría de las cosas de los que le acusaban, ¿por qué dejó que el partido lo desposeyera de cargos y lo cesara de militancia? ¿Por qué en la misiva que escribió en redes no explicó lo que hizo una semana después? ¿Cómo la Uco no descubre esa documentación que se nos ha dado a conocer unos siete días más tarde?
Si nos atenemos a que existían esas pruebas que demuestran la inocencia de Javier, y que estaban en posesión del protagonista, no se entiende que no se las expusiera al partido antes de tomar la dura decisión de cesarlo de militancia, y de obligarle a dimitir de sus cargos en diputación y ayuntamiento. En medio del panorama vivido en el Pp durante estos días, seguimos pensando que hay cuestiones que con el tiempo iremos sabiendo. Por ejemplo, ¿ha habido fuego amigo contra Javier Aureliano? Me cuesta trabajo creer que el acusado no le contara a Gabriel Amat y a Ramón F. Pacheco la documentación presentada una semana después. Y si lo hizo, que es lo primero que yo hubiera hecho, ¿por qué se empeñan en que dimita? Quedan cuestiones por aclarar, pero no duden de que las iremos conociendo en el transcurrir de los días.
Una duda sobre la Justicia. ¿Alguien ha tenido paralizada la instrucción durante los cuatro años que se lleva hablando de las mascarillas?




































