En 2022, el santuario de animales La Manada Cántabra rescató a cinco vacas en un estado de desatención y desnutrición severa, tras su decomiso por parte del Seprona. Ahora la justicia ha ordenado la devolución inmediata de los animales al ganadero que las mantenía en estas condiciones, después de haber rechazado sucesivos recursos presentados por el refugio.
Antes del decomiso, las vacas eran mantenidas las 24 horas del día en un recinto sin luz, sin ventilación, encadenadas y sin comida, lo que evidencia el estado de extrema delgadez en el que se encontraban. Fueron personas del santuario y agentes del Seprona quienes les quitaron las cadenas.
Tres de las vacas dieron a luz cuando ya se encontraban en el refugio, sumando un total de ocho vidas rescatadas. El nacimiento de los terneros en el santuario y su registro a nombre de este los ha salvado de ser también devueltos al ganadero.
Tras su rescate, las cinco vacas fueron ganando peso y recuperándose poco a poco. Actualmente, con todos los cuidados recibidos y con un peso y estado de salud acorde a su especie, muy probablemente el ganadero las venderá al matadero si le son devueltas, pues su valor ha aumentado con respecto a antes del decomiso.