Cada camino recorrido nos trae satisfacciones y también retos y desafíos para los que en la mayoría de ocasiones no estábamos preparados. La vida en sí misma es la oportunidad para aprender a conocernos, ser conscientes de nosotros mismos, evolucionar y cada día tener una mejor versión de lo que somos.
Nuestro desarrollo personal permea cada área, como lo son la académica, laboral, familiar, social, afectiva, física y espiritual, etc; por ello, cuando en ocasiones me preguntan acerca de un entrenamiento especial para mejorar la relación de pareja, las relaciones familiares, el desempeño laboral y/o académico, deportivo, creativo y/o artístico, comúnmente sugiero vivir un proceso de autoconocimiento, pues cuando tu te conoces, identificas tus habilidades, tus potenciales y limitaciones, el estilo de tu pensamiento, los patrones de conducta, las maneras en que reaccionas ante la presencia de distintas emociones, y esto, sin lugar a dudas, permite mejorar la inteligencia emocional, te lleva a moverte de lugar, transformar aspectos, reconocer lo que hace parte de tí y qué es de tu exclusiva responsabilidad y de este modo, liberas a los otros de cargas y culpas que no les corresponden.