Existen dos elementos fundamentales, o más bien habría que afirmar casi fundacionales, que determinan el carácter de un linarense: por un lado (incluso siendo un neófito en el arte de la tauromaquia, o más aún un vituperador) la muerte del torero Manolete en 1947 tras ser cogido mortalmente en el inconfundible albero de la plaza de toros de la ciudad jienense por un toro que respondía al nombre de Islero, y por otro lado el Torneo Internacional de Ajedrez Ciudad de Linares, el más célebre e importante del mundo de los 64 escaques que dio comienzo en 1978 y se prolongó hasta el año 2010, y con el ajedrez como elemento generador de la trama el escritor Miguel Vega nos invita a leer El último enfrentamiento de la doble K, una historia con tintes de novela negra que rezuma altas dosis de suspense para adentrarse a su vez en la novela histórica, quedando acompasada por el affaire que Bernal, el protagonista y sin duda alter ego de Vega, mantiene con Anna, una enigmática pintora oriunda de San Petersburgo que ha llegado a Linares en calidad de analista del jugador de ajedrez Gari Kaspárov y cuya relación se alarga en el tiempo lo que dura el torneo a lo largo del espacio que ocupa una ciudad que se erige como un lugar legendario y hasta casi místico.
